Comparar a Freddie Mercury con un cantante trapero es absurdo
O como se dice en mi pueblo, mezclar churras con merinas.
Muy buenas, criaturas, ¿cómo estáis? Que estaba pensando que antes de entrar en harina con el tema de hoy, quería saludaros y agradeceros el apoyo con la newsletter. Ya somos varios cientos por aquí y me siento muy arropado, así que muchas gracias y os animo a seguir compartiendo con quien creáis que le puede gustar. Os dejo botoncico aquí abajo y empezamos:
El tema de la newsletter de esta semana parte de un vídeo que llevo viendo circular varias semanas. Este en concreto (también en Instagram):
Si no puedes o no te apetece pararte a verlo, te lo resumo: con un cartel que indica “80s vs Hoy”, muestra la mítica escena de Freddie Mercury haciendo que el público cante con él en un concierto y la enfrenta al trapero Anuel AA, que, lejos del virtuosismo del vocalista de Queen, recurre a onomatopeyas del estilo de “brrr”.
Por YouTube hay otros ejemplos de comparaciones con Michael Jackson y Freddie Mercury frente a Anuel AA o Bad Bunny. No es algo nuevo esto de comparar lo viejo con lo nuevo. De hecho, el mismísimo Elvis, el cantante masculino que más discos ha vendido en toda la historia, se enfrentó ya en sus inicios en los años 50 a grandes críticas e incluso detenciones por hacer un tipo determinado de música y, sobre todo, por bailar y moverse “como un negro”. En su caso había un claro componente de racismo, pero también un rechazo a algo inevitable: el cambio.
Hay un trastorno que se llama metatesiofobia y que se traduce como un miedo irracional al cambio. Todos tenemos miedo a los cambios, y no digo que todos tengamos metatesiofobia, pero sí que hay personas que toleran mejor esos cambios que otras. Quizá te suene eso de la “zona de confort”. Pues eso, todos tenemos una, y la razón es meramente psicológica. Lo nuevo nos es desconocido y nos genera incertidumbre. La incertidumbre causa miedo y, habitualmente, rechazo. Pasa con cualquier aspecto de la vida y la música no es menos. Por tanto, es normal que si estás acostumbrado a escuchar un tipo de música y de repente escuchas otra muy diferente, tu primera reacción sea torcer el gesto. Un poco así:
Los que comparan de manera crítica la música de los años 80 con la actual tienen todo el rato esa cara. Suelen decir cosas como “ya no se hace música como antes” o “con el Autotune cualquiera canta bien”. Tengo malas noticias para todos ellos: efectivamente, ya no se hace música como antes, y con el Autotune todo el mundo puede parecer que canta bien. Y lo único malo de eso son precisamente las personas que opinan que esto es horrible porque, en el fondo, lo que pasa es que se creen superiores por escuchar música “mejor”.
Si la música “mejor” se hubiera impuesto, Freddie Mercury o Queen nunca habrían existido como los conocemos. Estaríamos en el año 2023 disfrutando de los preciosos conciertos para clavicémbalo de Bach o del virtuosismo de John Downland al laúd. Porque, sí, también en el Renacimiento o en el Barroco había distinciones entre la “buena música” y la “mala”. Todo lo que se salía de los cánones era música pagana, maldita o por la que podías ir al infierno. Y aquí es donde aparece todo un clásico: el elitismo. Siempre ha habido gente que ha querido imponer su manera de ver el mundo, de hacer las cosas, e incluso sus gustos musicales. ¿Y cómo lo hacen? Inventándose fronteras sociales: lo que yo hago es de personas de bien; lo demás son despojos. El elitismo es pensarse mejor y rechazar todo lo diferente.
Me puedes decir, “oye, César, yo no soy elitista, comparto lo que me gusta porque considero que es bueno y merece que más personas lo conozcan”. Esto es algo que hacemos mucho y tiene que ver con nuestro comportamiento social. Nos gusta tener cosas en común y si tú disfrutas de una canción, te sale compartirla para que otros sientan lo que tú. Esto es maravilloso, pero no hace falta compartir algo que te gusta menospreciando a otra cosa, como en el vídeo de “80s vs Hoy”, ¿no? Entre otros motivos porque estás atacando a la gente que disfruta con la música de, en este caso, Anuel AA (30 millones de oyentes mensuales en Spotify, según veo). ¿Te crees mejor que esos 30 millones de personas porque te gusta un tipo de música diferente?
Para mí aquí está la clave: no hay música mejor ni peor, sino música que te gusta, que te motiva, que te pone de buen humor o que te ayuda a llevar mejor tus problemas. Es normal que nos enfrentemos a música nueva que nos saque de nuestra zona cómoda del gusto, pero, pongamos la cara que pongamos, los sonidos y los estilos van a ir evolucionando; unos se van a poner de moda, otros van a quedar para los nostálgicos. Seguramente si escuchas ahora la música de moda de los 80 arquearías las cejas. Y claro que Freddie Mercury cantaba mucho mejor que Anuel AA. No importa porque en ese vídeo ambos estaban haciendo y consiguiendo exactamente lo mismo: hacer que el público lo pasara bien.
“Pero es injusto que alguien con talento o con una formación que le ha llevado años no tenga tanto reconocimiento como alguien que dice “brrr” en una canción”, quizá me digas. Mi respuesta es doble. Por un lado, ponte tú a hacer “brrr” a ver si te escuchan 30 millones de personas y, por otro, yo prefiero centrarme en disfrutar con lo que me gusta y dejar que los demás hagan lo mismo. Vivo más tranquilo y menos avinagrado. Y me encanta la música de los 80.
Os dejo el botón de dejar un comentario por si queréis que sigamos conversando sobre este tema. Me encantaría leer vuestras opiniones:
La semana en música, cine y series
El segundo mejor estreno de HBO en 13 años es la serie de The Last Of Us, solo superado por La Casa del Dragón. El primer capítulo me gustó mucho (y no he jugado a los juegos). También muy bien tirada “Never Let Me Down Again” de Depeche Mode al final.
La tercera temporada de The Mandalorian se estrena el 1 de marzo en Disney+. Para mí, la mejor de las series de Star Wars hasta la fecha (con diferencia).
Miley Cyrus triunfa con “Flowers”, que lanza recaditos a su ex, aunque no tan a saco como Shakira. Lo dijimos en la anterior entrega de la newsletter: el salseo vende.
El actor Brendan Fraser (La momia, George de la Jungla) suena fuerte para el Oscar a mejor actor por su papel en La Ballena (tráiler), que se estrena en España el 27 de enero. Tiene una historia de superación muy buena detrás, y a Hollywood le encantan las resurrecciones.
Liam Gallagher dice que su hermano Noel ha estado hace poco suplicándole el perdón por teléfono. Como dice un colega, si Oasis no se ha reunido aún es porque nadie ha ofrecido la cantidad correcta, por mucho que ambos se odien.
Hay un biopic de Michael Jackson en camino. Será dirigido por Antoine Fuqua (The Equalizer) y el productor será uno de los que trabajó en la peli Bohemian Rhapsody de Queen.
Netflix dice que estrenará 49 nuevas películas originales en 2023, incluyendo a directores muy de cine de toda la vida como David Fincher (The Killer), Zack Snyder (Rebel Moon) o David Yates (Pain Hustlers). Por cierto, Reed Hastings dimitió como CEO después de 25 años al frente de Netflix. Veremos qué tal va la cosa sin él.
La villa de Palermo que aparece en la segunda temporada de The White Lotus (HBO Max) está disponible en AirBnB por 5.500 euros la noche. Baratita 😄
Autobombo: aparte de juntar letras también soy músico. Lancé nueva canción y vídeo, “Only Lonely”. Espero que os haga bailar tanto como a mí.
Nuevos conciertos que igual te interesan
Se nota que enero va avanzando y ya se están volviendo a anunciar conciertos. Estos días se han anunciado varios:
Madonna en Barcelona el 1 de noviembre. Hará una gira mundial para celebrar sus 40 años en la música. Única fecha en España.
The National en Madrid el 4 de octubre. Con nuevo disco bajo el brazo. Única fecha en España (por ahora).
Muse en Santander el 4 de julio con Royal Blood como teloneros. Única fecha en España de Muse en 2023.
Puscifer en Barcelona el 4 de julio y en el Mad Cool el 7 de julio. Por primera vez en España este proyecto del cantante de Tool y A Perfect Circle.
Nos vemos el domingo que viene. ¡Brrr!
Eres un crack un saludo cordial desde Perú